viernes, 13 de marzo de 2015


España en el siglo XIX




INTRODUCCIÓN
Antes de la guerra de independencia, España había luchado contra Francia durante la Revolución Francesa, ya que al igual que otras monarquías se oponía a las ideas liberales. Como España fue derrotada, tuvo que firmar un tratado que la convertía en aliada de Francia.
En 1807 España y Francia firmaron el Tratado de Fontainbleau en el que acordaron invadir Portugal con tropas de ambos países, ya que los portugueses se habían aliado con el peor enemigo de Francia, Inglaterra. El Tratado permitía a las tropas francesas atravesar España hasta llegar a Portugal.
Aprovechando su paso por España, los franceses, por orden de Napoleón, comenzaron a ocupar varias ciudades españolas.
Napoleón, viendo la frágil situaciones familiar de los reyes (Fernando conspiraba contra su padre, el rey Carlos IV, la reina engañaba a su marido con un general importante…), los reunió a todos en Bayona, secuestrándolos, Y obligó a Carlos IV a abdicar a favor de su hijo, y éste a favor a su hermano José Bonaparte. Incluyó así a España en su Imperio.
La Guerra de Independencia.-
El rey de España es José Bonaparte, desde que su hermano Napoleón le dio el trono tras las Abdicaciones de Bayona.
El 2 de mayo de 1808 se produce en Madrid el primer levantamiento contra los franceses. Aquí comienza la Guerra de Independencia. 
Esta guerra se produce porque el pueblo español quiere liberarse de la opresión francesa. A la vez era una lucha civil entre los afrancesados (liberales) y los fernandinos (absolutistas). 
El ejército francés está mucho más preparado que el español, pero España gana la guerra debido a tres factores: la ayuda inglesa, la guerra de guerrillas y, finalmente, la derrota francesa contra los rusos.
En el año 1814, a derrotar definitivamente a Napoleón.
Los Afrancesados y las Juntas.-

    En 1808, al iniciarse el levantamiento contra los franceses, los españoles niegan la autoridad de José Bonaparte y se organizan políticamente en Juntas locales, Juntas provinciales y Junta Suprema Central.
El fin del Antiguo Régimen: nacimiento del liberalismo en España.-
    Cortes de Cádiz: fueron convocadas en 1809 por la Junta Suprema Central. Se trata de ordenar políticamente España. 
Se da comienzo a las cortes en 1810. Se denotan dos ideologías distintas: los absolutistas, conservadores, que defienden el Antiguo Régimen y los liberales, progresistas, que pretenden instaurar las ideas liberales en España. Contribuyen mucho, los liberales, a la redacción de la Constitución. La monarquía no es cuestionada en ningún caso. Lo que sí se cuestiona es la limitación del poder del rey.
REFORMAS CORTES DE CÁDIZ:
Se suprimieron los señoríos unas tierras controladas por feudales.
Se abolió la Inquisición (que perseguía a los no católicos).
Se prohibieron los gremios.
Se declaró la igualdad de los españoles ante la ley.
CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ (1812): (Fue aprobada el 19 de marzo, día de san José, por eso se la conocía como “la Pepa”.
Reconocía la soberanía nacional.
Reconocía la división de poderes.
Establecía una declaración de derechos muy completa.
Reconocía el sufragio universal masculino.
El reinado de Fernando VII (1814-1833).-
Cuenta con tres etapas:
    Primera etapa (sexenio absolutista 1814-1820): En 1814, Fernando VII regresa a España tras la invasión francesa. Lo convencen de que restablezca el absolutismo. Así lo hace en el Decreto de Valencia, declarando nula la constitución del 12 y todos los decretos decididos en las Cortes de Cádiz. Entre 1814 y 1820 va a ejercer el poder absoluto. Persigue a los liberales. Muchos de ellos se exilian. Hubo varios intentos de golpes de estado, pero fracasaron hasta que, el 1 de enero 1820, los militares, reunidos en Andalucía para ir a sofocar la rebelión de las colonias americanas, dirigidos por Riego, hicieron un pronunciamiento militar. El 7 de enero, Fernando VII se vio obligado a aceptar la vigencia de la Constitución de Cádiz.
    Segunda etapa (Trienio liberal 1820-1823): tras el golpe de estado de Riego, se mantiene la monarquía, ahora constitucional, ya que Fernando VII juró la Constitución de Cádiz. Los países miembros decidieron en el Congreso de Verona (1822) mandar un ejército a España a solucionar los problemas y restaurar el absolutismo.El 30 de septiembre de 1823 es liberado Fernando VII y se restaura el absolutismo.
    Tercera etapa (Decenio absolutista o década ominosa 1823-1833): esta tercera etapa se puede dividir, a su vez, en dos períodos: de 1823 a 1825-26 y de 1825-26 a 1833.
     El primero está caracterizado por una fuerte represión al liberalismo. Los liberales son ejecutados. Los que se salvan se exilian.
      En el segundo período, esa represión ya no es necesaria debido a que no quedan liberales en España.
      La cuestión más importante de esta época es la sucesión de Fernando VII. En los últimos años de su vida se casó y va a tener descendencia. En 1830, aun no sabe si su hijo va a ser hombre o mujer, por lo que deroga la Ley Sálica. A su muerte, estaba derogada. Isabel II subió al trono.
El carlismo y la sucesión al trono.-
Al morir Fernando VII, la reina Isabel II tiene 4 años. María Cristina, la madre de Isabel, es nombrada regente. Don Carlos, el hermano de Fernando, pretende el trono. Esto va a ocasionar muchos conflictos. Estalla la I Guerra Carlista, entre los carlistas (absolutistas) y los isabelinos (liberales).
En general, son las ciudades las que apoyan a Isabel y las zonas rurales a Carlos. El final de la guerra se firma en el “Abrazo de Vergara” entre Espartero (general isabelino) y Maroto (carlista).
La Emancipación de la América Española.-
La emancipación de la América Española se produjo por varias causas:
      Desde 1808, España se encontraba ocupada por Napoleón. Los territorios americanos se vieron obligados a tomar decisiones solos. 
    Esta experiencia de autogobierno estaba guiada por el ejemplo de las colonias norteamericanas y por las ideas liberales de la Revolución Francesa.
Dos personajes destacados de la emancipación fueron Simón Bolívar y José de San Martín. Eran criollos, es decir, descendientes de españoles.
Bolívar soñaba con crear los Estados Unidos en el sur. Llegó a formar la Gran Colombia (Venezuela, Colombia y Ecuador), que se dividió antes de su muerte.
Con la Batalla de Aiacucho acabó el proceso independentista. La pérdida de América supuso para España una convulsión económica y moral.
El Reinado de Isabel II (1833-1868).-
1ª Etapa: regencias (minoría de edad de Isabel II 1833-1843).
María Cristina (1833-1840).
Espartero (1840-1843).
2ª Etapa: mayoría de edad (1844-1868).
Decenio moderado (1844-1854).
Bienio progresista (1854-1856).
O'Donnell y los gobiernos de la Unión Liberal (1856-1863).
Crisis de gobierno (1863-1868).
  • 1ª Etapa: regencias (1833-1843).-
Al morir Fernando VII, Isabel II tenía 4 años. Se nombra regente a María Cristina (1833-1840). Se enfrenta a la guerra carlista, que gana. Se apoyó en los liberales, moderados y progresistas.
En 1840 le proponen compartir la regencia. No le parece oportuno y decide abandonarla. Se nombra regente a Espartero (1840-1843). Es un militar liberal progresista. En 1843 se pone fin a su regencia. Se reconoce mayor de edad a Isabel II antes de tiempo, tenía 15 años, y comienza la Segunda Etapa.
  • 2ª Etapa: mayoría de edad (1844-1868).-
  • Decenio moderado (1844-1854): son diez años de estabilidad política. Los gobiernos son moderados. Al frente de esta etapa está el General Narváez, líder de los moderados. Se elabora y promulga la Constitución moderada del 45. Defiende la soberanía compartida por Cortes y Rey, sufragio restringido, religión católica...
  • Bienio progresista (1854-1856): Isabel II sigue siendo reina. Espartero está presente en esta época. Hay una Constitución no nata, progresista.
El bienio concluye en 1856 con un golpe de estado de los moderados.
  • O'Donnell y los gobiernos de la Unión Liberal (1856-1863): la Unión Liberal es del centro político. Cogen las ideas moderadas de los progresistas y las ideas progresistas de los moderados. Distraen los problemas internos con una política exterior e internacional, recuperando el prestigio perdido con la emancipación americana. Impulsa una política de expansión colonial. En 1863 hay una crisis social y política. Fallecen Narváez y O'Donnell, los dos líderes políticos carismáticos de España. Esta situación la aprovechan los progresistas para declarar la Revolución de 1868. Empezó como un pronunciamiento, pero acabó siendo una revolución en toda regla, ya que cayó la monarquía borbónica.



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