EDAD
MEDIA, CUESTIONES Y RESPUESTAS
1.
¿Por qué el nombre de “Edad Media”?
Muchos
piensan que la Edad Media fue un periodo oscuro, en el que no paso
mucho, y que se llama así porque quedo colgando en medio del
esplendor de la Antigua Roma y el mundo Moderno. Es decir que para
muchos la Edad Media fue un bache en la historia, de un periodo de
transición como un sótano oscuro en el que el hombre permaneció
oculto y del que salió nuevamente a la luz allá por el año 1500,
cuando renacieron aquellas ideas de la antigüedad que habían hecho
tan brillantes las épocas Grecia y Roma.
2. ¿Qué aportaciones
debemos a la Edad Media?
Por
estos años cuando comenzó a gestarse la Europa que conocemos hoy:
España, Francia, Italia, Alemania, Gran Bretaña, los Países Bajos,
toda Escandinavia, Austria, Hungría...son descendientes de aquellos
famosos pueblos bárbaros que ocuparon estos territorios después de
la caída del Imperio Romano. Durante los diez siglos de la Edad
Media estos pueblos se convirtieron en reinos y le dieron forma a
Europa, referencia fundamental de la cultura occidental.
3.
Los francos.
Allá
por siglo V d.C. pueblos bárbaros provenientes del centro europeo
acosaban la estabilidad del Imperio Romano. Los bárbaros germanos
fueron quienes finalmente en el año 476 entraron y destruyeron a
Roma por completo. Los germanos no eran un solo pueblo sino que
estaban subdivididos en un sin números de fracciones que siempre
luchaban entre sí: los lombardos, los vándalos, los godos, los
visigodos, los borgoñeses, los sajones y especialmente un grupo de
pueblos que lograron destacarse entre todos estos: los francos. Estos
personajes rústicos fuertes y muy guerreros venían de tierras
cercanas al Río Rin en la actual Alemania. Los francos tuvieron una
gran ventaja de su lado nació un hombre que era un líder por
naturaleza y que jamás se dejaba vencer ese hombre se llamó:
Clodoveo.
4.
Glodoveo.
Glodoveo.y
comenzó a liderar a su pueblo con tan solo 16 años. En el año 481
llegó a ser el primer rey de todos los francos y bajo su mando los
francos se extendieron desde su patria, luchando contra todos sus
vecinos y conquistando la mayor parte de la antigua provincia romana
de la Galia, o sea la actual Francia, que tomó su nombre de estos
fuertes guerreros. Clodoveo gobernó desde la incipiente ciudad de
París, luego se casó con una bella princesa del pueblo de los
borgoñeses llamada Clotilda. Ella habría abrazado a la religión
cristiana, cosa que no agradaba mucho a los rústicos francos.
Clodoveo cedió a la religión de Clotilda y finalmente se bautizó
cristiano. Este fue un hecho fundamental ya que a partir de Clodoveo
todos los francos se convirtieron al cristianismo, y así se fue
forjando una relación importantísima entre los reyes y la Iglesia
que duraría por siglos.
5.
La nobleza de espada
Los
francos tenían una costumbre particular que con el tiempo se hizo
muy común en toda Europa, cuando un rey moría su reino era dividido
entre sus hijos o príncipes, ellos entonces tendrían tierras
propias y podrían construir sus propios castillos para custodiarlas.
Los reyes tenían que protegerse de muchos adversarios ya que
gobernar por ese entonces no era otra cosa que defender las
propiedades por un lado, y atacar nuevos territorios por el otro.
Para ello cada rey necesitaba de muchos caballeros que se prestasen
para el servicio militar, a cambio de este servicio el rey les
concedía parte de sus tierras conquistadas, donde estos caballeros
podrían construir sus propios castillos convirtiéndose en duques,
que quiere decir conductores o condes que quiere decir, a su vez,
propietarios de un condado. Fue así como los guerreros más
valientes fueron adquiriendo propiedades que debían proteger en
honor a su rey, a quien además le debían lealtad absoluta hasta la
muerte. Ellos fueron la nobleza de espada. Gracias a la antigua
costumbre de los francos, los hijos de los nobles heredaban esos
mismos derechos y al igual que sus padres tendrían una porción de
tierra que proteger. Esas tierras que circundaban el castillo y que
eran llamadas feudos.
6.
Los feudos.
Los
feudos no estaban compuestos sólo de tierras y castillos, en torno a
las murallas de un castillo se extendían las aldeas de los
campesinos, estas también eran parte del feudo. Los campesinos
trabajaban de sol a sol en los campos, pero no eran esclavos, tampoco
eran hombres libres, eran siervos ya que estaban obligados a cumplir
los designios del señor que los protegía desde el castillo. Este
decidía sobre todas las cuestiones de la vida en su feudo, así que
si tenías la mala fortuna de tener un señor feudal cruel o injusto,
la desgracia era tu único destino. Aún así casi nadie se atrevía
a abandonar la aldea en la que había nacido porque más allá, en
los bosques y pantanos, sólo había caminos desamparados, hambre y
el temor de ser interceptados por demonios o espíritus malignos.
Ningún campesino sabía leer o escribir y rara vez sabían que
pasaba más allá de las colinas que delimitaban el horizonte. Esa
falta de conocimiento sobre el mundo que los rodeaba les generaba
muchos temores y esos temores estaban reflejados en fabulosas
supersticiones sobre magos, brujas y dragones.
7.
El orden feudal
En
la Edad Media la vida se caracterizó por una lucha incesante, los
nobles se unían en sólidos ejércitos que se debían lealtad los
unos a los otros y, a su vez, todos ellos le debían lealtad al rey.
Para que los nobles tuvieran caballos, armaduras, espadas, capas y
comida los campesinos de cada feudo debían trabajar sin descanso.
Ellos producían todos los alimentos que comían sus señores y lo
que sobraba también era tomado por los señores para intercambiarlo
por todo aquello que necesitaban en sus campañas militares.
La
sociedad feudal funcionaba como una gran rueda, sobre ella se
apoyaban tres grandes grupos que nunca se mezclaban entre sí:
Aquellos que se dedicaban a luchar eran los nobles caballeros,
aquellos que se dedicaban a rezar eran el clero y aquellos que se
dedicaban a cultivar la tierra eran los campesinos. Cada grupo
dependía del otro, si los campesinos no eran defendidos por los
nobles no podrían cultivar la tierra, y si los nobles y la Iglesia
no tenían que comer ¿cómo iban a pelear y rezar?
Estos
tres órdenes eran muy rígidos y nadie podía moverse de uno hacia
el otro. La organización feudal duró en Europa unos mil años.
8. Los carolingios. Pipino "El breve"
Pipino
era un duque de origen franco que tenía sus tierras en Soissons, a
unos cien kilómetros de París, le decían "El Breve",
porque era bajito. Pipino no estaba contento con sus escasas tierras,
y ambicionaba convertirse en rey de los francos. Viendo que el Papa
era el jefe de la Iglesia y tenía una gran influencia sobre todos
los cristianos del reino, Pepino mandó ejércitos a Italia para
defenderlo de agresores e invasores, permitiéndole crear los Estados
Pontificios (que eran como los Estados de la Iglesia). En
agradecimiento el Papa Zacarías le dio todo su apoyo y en el año
754 fue coronado como nuevo rey de todos los francos. Pipino "El
Breve" fue el padre de Carlomagno.
9.
Los Carolingios. Carlomagno.
Carlomagno,
hijo de Pipino "El Breve" diferencia de su padre, era un
hombre alto y robusto. Carlomagno supo aprovechar la astuta alianza
que su padre habla entramado con el Sumo Pontífice de la Iglesia
Cristiana. Entonces envió nuevos ejércitos a Roma y estos hicieron
más extensos y poderosos los territorios gobernados por el Papa. En
retribución el Papa nombró a Carlomagno protector de la Iglesia
Romana. Con ese título el gran Rey de los Francos se lanzo hacia el
Norte, hacia el Sur, hacia el Este y hacia el Oeste con el fin de
conquistar, subyugar y cristianizar a todos los habitantes del
continente Europeo. Después de incansables campañas contra los
lombardos, los sajones, contra los ávaros, contra los eslavos,
contra los godos y los visigodos, Carlomagno había logrado formar un
gran Imperio. No fue tan solo un gran conquistador, Carlomagno quiso
unificar a todos los señores y las aldeas de su imperio en una sola
religión y bajo una misma cultura, basando su poder en el
conocimiento.
10.
Carlomagno y sus primeras universidades.
Casi
800 años más tarde del nacimiento de Cristo, Carlomagno se había
convertido en una figura emblemática de toda Europa Continental y su
imperio fue llamado el Imperio Carolingio. A pesar de ser un Rey tan
poderoso, Carlomagno no había ido a la escuela ni había tenido
profesores durante su infancia. Es que los nobles de esta época sólo
se ocupaban de luchar y conquistar los territorios y creían que
elucubrar complejos cálculos matemáticos o filosofar acerca del
mundo era una inútil pérdida de tiempo.
Pero
Carlomagno pensaba distinto, y a pesar de su escasa instrucción,
tuvo una visión innovadora completamente revolucionaria para la
época. En su corte reunió sabios y poetas de distintas partes del
mundo, a quienes invitaba para discutir sobre cuestiones que iban
desde la importancia de Dios hasta el origen del mundo y de las
estrellas.
Él
mismo aprendió a hablar latín, que era el idioma de los antiguos
romanos y obligó a que fuera enseñado en muchas iglesias y
monasterios de su imperio.
Los
monjes tenían en su cargo documentar todos esos conocimientos
universalistas que allí se enseñaban, este fue el origen de las
universidades tal como lo conocemos hoy.
Dos
siglos después de Carlomagno de aquellos monasterios nacieron muchas
universidades: por ejemplo la Universidad de Bolonia en Italia que
fue fundada en el año 1.088 y es la más antigua de Europa, o la de
Oxford en Inglaterra que fue creada en el año 1096.
11.
Catedrales medievales
La
alianza entre Carlomagno y el Papa fue muy estrecha e importante, el
Rey mando a construir muchísimas iglesias y monasterios a lo largo y
a lo ancho de su imperio. Al comienzo las iglesias románicas se
caracterizan por sus grandes bóvedas oscuras y frías donde reinaba
un clima apagado que acentuaban el espíritu místico religioso. Pero
también era así porque los arquitectos de esa época no dominaban
sofisticadas técnicas de construcción y su prioridad era evitar que
todo se desmoronada.
Varios
siglos más tardes allá por el año 1.100 después de Cristo un
nuevo de estilo comenzó a adueñarse de las catedrales de Europa,
los arquitectos comenzaron a diseñar Iglesias con ventanas mucho más
grandes, adornadas con vidrios de colores que representaban escenas
de la vida de Cristo y que lograban un ambiente de gran luminosidad,
estas fueron llamadas catedrales góticas. El mayor milagro de las
catedrales góticas era el uso de vigas de arco que desplazan el peso
hacia los costados, sus enormes y luminosas bóvedas logran
sostenerse sobre columnas muy delgadas generando grandes elevaciones
en un espacio etéreo.
El
cambio de estilo románico al estilo gótico reflejó un cambio en la
mentalidad medieval. Mientras que en el románico se apegaba a la
Tierra y el gótico se elevó hacia el cielo con sus altas e
interminables torres que se elevaban para estar más cerca de Dios.
12.
La coronación de Carlomagno
En
la noche de navidad del año 800 Carlomagno se hallaba rezando en la
basílica de San Pedro, en Roma. El papa León III se le acerco, y
mientras todo el pueblo se arrodillaba ante él, lo coronó emperador
del imperio Romano Germánico. Así el gran reino de Carlomagno se
transformaría en un imperio que quiso hacer revivir la grandeza del
antiguo Imperio Romano. La enorme diferencia, era que los soberanos
de este imperio no eran romanos, sino germanos.
Aquellos
mismos, que siglos antes habían destruido Roma, pero que ahora con
sus estratégicas alianzas con el Papa, habían decidido cristianizar
y volver a unificar a toda Europa.
Para
mostrarle sus respetos al nuevo emperador, enviados de todo el mundo
llegaron a la corte de Carlomagno. El gran príncipe musulmán de
Oriente Harun al Rashid le envió preciosos tesoros y hasta un
elefante. La inteligencia, la fuerza de voluntad y la superioridad
con la que gobernó Carlomagno destacó a toda una época. Pero
desafortunadamente todos estos logros estaban atados a su propia
personalidad, y se disolvieron poco después de su muerte. Catorce
años después de su coronación en el año 814, el imperio fue
repartido entre sus tres nietos, y pronto se descompuso en los reinos
de Alemania, Francia e Italia. Las escuelas que creadas por
Carlomagno, decayeron, y el arte de leer y escribir se mantuvo
aislado en algunos monasterios dispersos. El Sacro Imperio Romano de
la nación alemana, la gran obra de Carlomagno, no perduró por mucho
tiempo y en los siglos posteriores Europa volvió a caer en guerras e
invasiones incesantes que imposibilitaron cualquier esfuerzo de
unidad y crecimiento común. Este fue el principal objetivo de
Carlomagno, sigue siendo hoy uno de los principales anhelos de todos
los Estados que componen la Europa de la actualidad.
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