lunes, 8 de junio de 2015


 CLAUDIO RODRÍGUEZ
Ajeno

Largo se le hace el día a quien no ama/
y él lo sabe./

Y él oye ese tañido
corto y duro del cuerpo,/ su cascada
canción,/ siempre sonando a lejanía.//

Cierra su puerta / y queda bien cerrada;//
sale y, por un momento, sus rodillas
se le van hacia el suelo./ Pero el alba,/
con peligrosa generosidad,/
le refresca y le yergue.// Está muy clara
su calle/, y pasea con pie oscuro,/
y cojea en seguida / porque anda
sólo con su fatiga./ Y dice aire:
palabras muertas con su boca viva.//
Prisionero por no querer,/ abraza
su propia soledad.// Y está seguro,/
más seguro que nadie / porque nada
poseerá;/ y él bien sabe que nunca
vivirá aquí,/ en la tierra. / A quien no ama,/
¿cómo podemos conocer / o cómo
perdonar? //
Día largo / y aún más larga
la noche. / Mentirá al sacar la llave.//
Entrará.// Y nunca habitará su casa.//

FRANCISCO ALVAREZ HIDALGO
En mí, sin ti

Aún sin cerrar los ojos, / te reclamo /
en las tibias esquinas del recuerdo, /
donde el silencio augura que te pierdo, /
donde estallas en luces si te llamo. / /

En ti, / sombra de sueño, / me derramo, /
y, / aire tú, / sólo el aire abrazo y muerdo; /
y este dolor en mi costado izquierdo
subraya que te amé / y cuánto aún te amo. / /

Cómo flotas en mí, / cómo navegas
en este mar que soy, / mas no sosiegas
las turbulencias que el deseo agita. / /

En mí, / sin ti, / te tengo y te carezco, /
creo dormir contigo, / y amanezco
con esta rebeldía que te grita. / /

PABLO NERUDA
Veinte poemas de amor y una canción desesperada.
Poema 20
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. /

Escribir, / por ejemplo: / «La noche está estrellada /,
y tiritan (o tililan), / azules, / los astros, a lo lejos». / /

El viento de la noche gira en el cielo y canta. / /

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. /
Yo le quise, / y a veces él también me quiso. / /

En las noches como ésta le tuve entre mis brazos. /
Le besé tantas veces bajo el cielo infinito. / /

Él me quiso, / a veces yo también le quería. /
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. / /

Puedo escribir los versos más tristes esta noche  /
Pensar que no le tengo. / Sentir que le he perdido. / /

Oír la noche inmensa, / más inmensa sin él. /
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. / /

Que importa que mi amor no pudiera guardarle.
La noche está estrellada / y él no está conmigo. / /

Eso es todo. / A lo lejos alguien canta. / A lo lejos. /
Mi alma no se contenta con haberle perdido. / /

Como para acercarle / mi mirada le busca. /
Mi corazón le busca, / y él no está conmigo. / /

La misma noche / que hace blanquear los mismos árboles. /
Nosotros,/ los de entonces, / ya no somos los mismos. / 

Ya no le quiero, / es cierto, / pero cuánto le quise. /
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. /  /

De otra. / Será de otra. / Como antes de mis besos. /
Su voz, / su cuerpo claro. / Sus ojos infinitos. /

Ya no le quiero, / es cierto, / pero tal vez le quiero. /
Es tan corto el amor, / y es tan largo el olvido. / /

Porque en noches como ésta le tuve entre mis brazos, /
mi alma no se contenta con haberle perdido. / /

Aunque éste sea el último dolor que él me causa, /
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo. / /


JUAN RAMÓN JIMENEZ
No, no has muerto, no

No, / no has muerto, / no. / /
Renaces,
con las rosas en cada primavera. /
Como la vida,/ tienes
tus hojas secas; / tienes tu nieve, / como       
la vida... / /
Mas tu tierra, /
amor, / está sembrada
de profundas promesas, /
que han de cumplirse aún en el mismo
olvido. / /
¡En vano es que no quieras! / /
La brisa dulce torna, / un día, al alma; /
una noche de estrellas,
bajas, / amor, / a los sentidos, /
casto como la vez primera. /
¡Pues eres puro, / eres
eterno! / A tu presencia,
vuelven por el azul, / en blanco bando,
blancas palomas que creíamos muertas... / /
Abres la sola flor con nuevas hojas... /
Doras la inmortal luz con lenguas nuevas... / /
¡Eres eterno, / amor, /
como la primavera! / /

FEDERICO GARCÍA LORCA
Sonetos del amor oscuro.
Soneto de la guirnalda de rosas.

¡Esa guirnalda!/ ¡pronto! /¡qué me muero!/
¡Teje deprisa! / ¡canta! / ¡gime! / ¡canta! /
que la sombra me enturbia la garganta/
y otra vez viene / y mil  / la luz de enero./ /

Entre lo que me quieres y te quiero, /
aire de estrellas y temblor de planta, /
espesura de anémonas levanta
con oscuro gemir / un año entero. / /

Goza el fresco paisaje de mi herida, /
quiebra juncos y arroyos delicados. /
Bebe en muslo de miel sangre vertida. / /

Pero,/ ¡pronto! / Que unidos,/ enlazados, /
boca rota de amor y alma mordida,
el tiempo nos encuentre destrozados./ /


LOPE DE VEGA
Rimas humanas, 1602.
Desmayarse, atreverse, estar furioso



Desmayarse, / atreverse, / estar furioso, /
áspero, / tierno, / liberal, / esquivo, /
alentado, / mortal, / difunto, / vivo, /
leal, / traidor, / cobarde y animoso; / /


no hallar fuera del bien / centro / reposo, /

mostrarse alegre, / triste, / humilde, / altivo, /


enojado, / valiente, / fugitivo, /
satisfecho, / ofendido, / receloso; / /

huir el rostro / al claro desengaño, /
beber veneno / por licor süave, /


olvidar el provecho, / amar el daño; / /




creer que un cielo / en un infierno cabe,
dar la vida y el alma / a un desengaño: /
esto es amor: / quien lo probó lo sabe. / /


OLIVERIO GIRONDO
No se me importa un pito que las mujeres...
No se me importa un pito que las mujeres
tengan los senos como magnolias / o como pasas de higo; /
un cutis de durazno o de papel de lija. /
Le doy una importancia igual a cero, /
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco /
o con un aliento insecticida. /
Soy perfectamente capaz de sorportarles
una nariz / que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias; /
¡pero eso sí! / -y en esto soy irreductible- / no les perdono, /
bajo ningún pretexto, / que no sepan volar. /
Si no saben volar / ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme! /


MARIO BENEDETTI
Los formales y el frío

Quién iba a prever que el amor /        ese informal /
se dedicara /        a ellos tan formales / /
mientras almorzaban por primera vez /
ella muy lenta / y él no tanto /
y hablaban / con sospechosa objetividad /
de grandes temas en dos volúmenes /
su sonrisa /        la de ella /
era como un augurio o una fábula /
su mirada /        la de él /        tomaba nota /
de cómo eran sus ojos /        los de ella /
pero sus palabras /        las de él /
no se enteraban de esa dulce encuesta / /
como siempre /        o como casi siempre /
la política condujo a la cultura /
así que por la noche concurrieron al teatro /
sin tocarse una uña o un ojal /
ni siquiera una hebilla o una manga /
y como a la salida hacía bastante frío /
y ella no tenía medias /
sólo sandalias por las que asomaban

unos dedos muy blancos e indefensos /
fue preciso meterse en un boliche / /
y ya que el mozo demoraba tanto /
ellos optaron por la confidencia /
extra seca y sin hielo por favor /
cuando llegaron a su casa /          la de ella /
ya el frío estaba en sus labios /          los de él /
de modo que ella /         fábula y augurio /
le dio refugio y café instantáneos / /
una hora apenas de biografía y nostalgias /
hasta que al fin sobrevino un silencio /
como se sabe en estos casos es bravo

decir algo que realmente no sobre / /
él probó /       sólo falta que me quede a dormir/
y ella probó /        por qué no te quedas /
y él /        no me lo digas dos veces /
y ella /        bueno por qué no te quedas /
de manera que él se quedó /        en principio /
a besar
sin usura sus pies fríos /        los de ella /
después ella besó sus labios /        los de él /
que a esa altura ya no estaban tan fríos /
y / sucesivamente / así /
                          
mientras los grandes temas /
dormían el sueño que ellos no durmieron
. / /
MARIO BENEDETTI

Táctica y estrategia


Mi táctica es
mirarte /
aprender como sos /
quererte como sos / /

mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible / /

mi táctica es
quedarme en tu recuerdo /
no sé cómo ni sé
con qué pretexto /
pero quedarme en vos / /

mi táctica es
ser franco /
y saber que sos franca /
y que no nos vendamos
simulacros /
para que entre los dos

no haya telón
ni abismos / /

mi estrategia es
en cambio /
más profunda y más
simple /
mi estrategia es
que un día cualquiera /
no sé cómo / ni sé
con qué pretexto /
por fin me necesites / /
TEODORO SANTANA
Susurrar canciones al oído de las tortugas

Susurrar canciones al oído de las tortugas /
es un buen método para asegurarse una sopa /
al menor descuido. /

Pero tú no eres
mi tipo favorito de sopa. / /

Así pues, /
ya que no eres tortuga / ni champiñón / /
-ni, / como se dice, / costal de harina- /
sabes
            que
                        mis
                                   canciones
                                               susurradas
son sólo canciones
que susurro. / /

Que los besos que te doy /
son sólo besos que quiero darte. / /

Que mis caricias /
son algo más, /
no obstante /
que caricias. /

GUSTAVO ADOLFO BECQUER
Rima IX

Besa el aura / que gime blandamente /
las leves ondas que jugando riza; /
el sol besa a la nube de occidente /
y de púrpura y oro la matiza; /
la llama en derredor del tronco ardiente /
por besar a otra llama / se desliza /
y hasta el sauce, / inclinándose a su peso, /
al río que le besa, / vuelve un beso. / /


FEDERICO GARCÍA LORCA
Tengo miedo a perder la maravilla           

Tengo miedo a perder la maravilla
de tus ojos de estatua, / y el acento /
que de noche me pone en la mejilla /
la solitaria rosa de tu aliento. / /

 Tengo pena de ser en esta orilla
tronco sin ramas; / y lo que más siento
es no tener la flor, / pulpa o arcilla, /
para el gusano de mi sufrimiento.

 Si tú eres el tesoro oculto mío,
si eres mi cruz / y mi dolor mojado, /
si soy el perro de tu señorío,

 no me dejes perder lo que he ganado /
y decora las aguas de tu río
con las hojas de mi otoño enajenado. / /


12 MIGUEL HERNANDEZ
Como el toro he nacido para el luto...

Como el toro he nacido para el luto
y el dolor,
/ como el toro estoy marcado
por un hierro infernal en el costado
/
y por varón
/ en la ingle / con un fruto. / /

Como el toro lo encuentra diminuto

todo
/ mi corazón desmesurado, /
y del rostro del beso enamorado,
/
como el toro
/ a tu amor se lo disputo. / /

Como el toro me crezco en el castigo, /
la lengua en corazón tengo bañada
/
y llevo al cuello un vendaval sonoro.
/ /

Como el toro te sigo y te persigo,
/
y dejas mi deseo en una espada,
/
como el toro burlado,
/ como el toro. / /
PEDRO SALINAS
La voz a ti debida.¡Si me llamaras, sí

¡Si me llamaras, / , /
si me llamaras! /
Lo dejaría todo, /
todo lo tiraría: /
los precios, / los catálogos, /
el azul del océano en los mapas, /
los días y sus noches, /
los telegramas viejos /
y un amor. / /
Tú, /que no  eres mi amor, /
¡si me llamaras! / /

Y aún espero tu voz: /
telescopios abajo, /
desde la estrella, /
por espejos, / por túneles, /
por los años bisiestos
puede venir. / No sé por dónde. /
Desde el prodigio, siempre. /
Porque si tú me llamas /
-¡si me llamaras, / sí, / si me llamaras!- /
será desde el milagro, /
incógnito, / sin verlo. / /

Nunca desde los labios que te beso, /
nunca
desde la voz que dice: / "No te vayas". / /
LOPE DE VEGA
El castigo sin venganza
(fragmentos del acto segundo)
FEDERICO:
Pues, señora, yo he llegado
perdido a Dios el temor
a tan triste estado, /
que éste mi imposible amor /
me tiene desesperado. /
En fin, / señora, / me veo
sin mí, / sin vos, / y sin Dios. /
Sin Dios, / por lo que os deseo; /
sin mí, / porque estoy sin vos; /
sin vos, / porque no os poseo. / /(...)

(…) Oh, / qué loco barbarismo
es presumir conservar
la vida en tan ciego abismo /
hombre que no puede estar
ni en vos, / ni en Dios, / ni en sí mismo. /(...)

(…) Culpa tenemos los dos, /
del no ser que soy agora, /
pues olvidado por vos
de mí mismo, / estoy, / señora, /
sin mí, / sin vos / y sin Dios. / /(...)

(…) Aunque dicen que el no ser
es, / señora, / el mayor mal, /
tal por vos me vengo a ver, /
que para no verme tal, /
quisiera dejar de ser. / /


PABLO NERUDA
Veinte poemas de amor y una canción desesperada.
Poema 15

Me gustas cuando callas porque estás como ausente, /
y me oyes desde lejos, / y mi voz no te toca. /
Parece que los ojos se te hubieran volado /
y parece que un beso te cerrara la boca. / /

Como todas las cosas están llenas de mi alma, /
emerges de las cosas, / llena del alma mía. /
Mariposa de sueño, / te pareces a mi alma, /
y te pareces a la palabra melancolía. / /

Me gustas cuando callas / y estás como distante. /
Y estás como quejándote, / mariposa en arrullo. /
Y me oyes desde lejos, / y mi voz no te alcanza: /
déjame que me calle con el silencio tuyo. / /

Déjame que te hable también con tu silencio /
claro como una lámpara, / simple como un anillo. /
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, / tan lejano y sencillo. /

Me gustas cuando callas / porque estás corno ausente.//
Distante y dolorosa como si hubieras muerto. /
Una palabra entonces, / una sonrisa bastan. /
Y estoy alegre, / alegre de que no sea cierto. / /

ROBERT GRAVES
La tierra secreta

Toda mujer de verdadera alcurnia / posee      
una tierra secreta, / más real para ella
que este pálido mundo exterior: / /
                  
A media noche / cuando la casa está en silencio /     
deja a un lado aguja o libro         
y la visita a escondidas. / /
                    
Cerrando sus ojos, improvisa        
un portón de cinco barras entre altos abedules, /     
salta por encima y toma posesión.
                  
Luego corre, / o vuela, / o cabalga /      
(un caballo llega al trote a saludarla) /      
y viaja por donde quiere, / /
                  
puede hacer crecer la hierba, / incitar a los lirios      
a mudarse de botón a flor  mientras ella mira, /      
dejar que los peces coman de su mano. / 
                
Ha fundado ciudades, / plantado arboledas /     
y bendecido valles para arroyos que corren        
frescos hacia una bahía cerrada. / / 
              
Nunca me atreví a interrogar a mi amada       
acerca del gobierno de su reino       
o su geografía,  
                 
tampoco la seguí entre esos álamos,        
a horcajadas sobre el portón, /       
espiando en la niebla. /
                   
Sin embargo me ha prometido, / cuando yo muera, /    
un pabellón bajo su palacio personal /
en un claro del bosque,         
donde crezcan gencianas y alhelíes /      
y podamos a veces encontrarnos. / /

GARCILASO DE LA VEGA
Escrito está en mi alma vuestro gesto

Escrito está en mi alma vuestro gesto /
y cuanto yo escribir de vos deseo; /
vos sola lo escribisteis, / yo lo leo
tan solo, / que aun de vos me guardo en esto. / /

 En esto estoy y estaré siempre puesto; /
que aunque no cabe en mi  cuanto en vos veo, /
de tanto bien / lo que no entiendo creo, /
tomando ya la fe por presupuesto. / /

 Yo no nací sino para quereros; /
mi alma os ha cortado a su medida; /
por hábito del alma misma os quiero; /

cuanto tengo confieso yo deberos; /
por vos nací, / por vos tengo la vida,  /
por vos he de morir / y por vos muero. /














ÁNGEL GONZÁLEZ
Inventario de lugares propicios al amor
Son pocos. /


La primavera está muy prestigiada, / pero
es mejor el verano. /

Y también esas grietas que el otoño
forma al interceder con los domingos

en algunas ciudades /
ya de por sí amarillas como plátanos. /
El invierno elimina muchos sitios: /
quicios de puertas orientadas al norte, /
orillas de los ríos, /
bancos públicos. / /


Los contrafuertes exteriores
de las viejas iglesias


dejan a veces huecos
utilizables / aunque caiga nieve. /
Pero desengañémonos: / las bajas
temperaturas y los vientos húmedos
lo dificultan todo. /

Las ordenanzas, / además, / proscriben
la caricia (con exenciones
para determinadas zonas epidérmicas /
-sin interés alguno- /
en niños, / perros y otros animales) /
y el  /«no tocar, / peligro de ignominia» /
puede leerse en miles de miradas. /
¿Adónde huir,  entonces? /
Por todas partes ojos bizcos, /
córneas torturadas, /
implacables pupilas, /
retinas reticentes, /
vigilan, / desconfían, / amenazan. / /
Queda quizá el recurso de andar solo, /
de vaciar el alma de ternura /
y llenarla de hastío e indiferencia, /
en este tiempo hostil, / propicio al odio. / /

TEODORO SANTANA
Adiós,  compañera.

Adiós, / compañera. /
Me voy
tal como vine. /
Quizá más desnudo
y solo. / /

Quizá
un mucho más muerto /
o más vivo. / /

No voy a poner dificultades. /
Me voy
ligero de equipaje /
Con todo lo que no me has dejado darte. /
Total ni me conoces. /
Paso por tu lado / y no me has reconocido. / /

Soy yo, /
el de siempre, /
ya sabes. /
El poeta de zapatos de rocío que te amaba. / /

ÓSCAR HAHN
Mal de amor. Escrito con tiza

Uno le dice a Cero que la nada existe /
Cero replica / que Uno tampoco existe
Porque el amor nos da la misma naturaleza / /

Cero más Uno somos Dos / le dice /
Y se van por el pizarrón tomados de la mano /  /

Dos se besan debajo de los pupitres /
Dos son Uno cerca del borrador agazapado /
Y Uno es Cero mi vida /  /

Detrás de todo gran amor la nada acecha / /

SAN JUAN DE LA CRUZ
de Cántico espiritual.
Canciones entre el alma y el Esposo (fragmento)

ESPOSA
1. ¿Adónde te escondiste, /
Amado, / y me dejaste con gemido? /
Como el ciervo huiste, /
habiéndome herido; /
salí tras ti clamando, / y eras ido. /
2. Pastores, / los que fuerdes
allá por las majadas al otero: /
si por ventura vierdes

aquel que yo más quiero, /
decidle que adolezco, / peno y muero. /
3. Buscando mis amores,
iré por esos montes y riberas; /
ni cogeré las flores, /
ni temeré las fieras, /
y pasaré los fuertes y fronteras. /

ESPOSA (Pregunta a las criaturas)
4. ¡Oh bosques y espesuras,
plantadas por la mano del Amado! /
¡Oh prado de verduras,

de flores esmaltado! /
Decid si por vosotros ha pasado. /

CRIATURAS (Respuesta de las criaturas)
5. Mil gracias derramando
pasó por estos Sotos con presura, /
e, / yéndolos mirando, /
con sola su figura /
vestidos los dejó de su hermosura. /

ESPOSA
6. ¡Ay, quién podrá sanarme! / /
Acaba de entregarte ya de vero: /
no quieras enviarme

de hoy más ya mensajero, /
que no saben decirme lo que quiero. /
7. Y todos cuantos vagan
de ti me van mil gracias refiriendo, /
y todos más me llagan, /
y déjame muriendo /
un no sé qué que quedan balbuciendo. /
8. Mas / ¿cómo perseveras, /
¡oh vida!, / no viviendo donde vives, /
y haciendo porque mueras

las flechas que recibes

de lo que del Amado en ti concibes? /
9. ¿Por qué, / pues has llagado
aqueste corazón, / no le sanaste? /
Y, / pues me le has robado, /
¿por qué así le dejaste,

y no tomas el robo que robaste
? /
10.         Apaga mis enojos, /
pues que ninguno basta a deshacellos, /
y véante mis ojos, /
pues eres lumbre dellos, /
y sólo para ti quiero tenellos. /

FRANCISCO DE QUEVEDO
Es hielo abrasador, es fuego helado.

Es hielo abrasador,/ es fuego helado,/
es herida que duele y no se siente,/
es un soñado bien,/ un mal presente,/
es un breve descanso muy cansado.//

Es un descuido que nos da cuidado,/
un cobarde/ con nombre de valiente,/
un andar solitario entre la gente,/
un amar solamente ser amado.//

Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero paroxismo,/
enfermedad que crece si es curada.//

Este es el niño Amor,/ éste es tu abismo./
¡Mirad cual amistad tendrá con nada /
el que en todo es contrario de sí mismo!//

AMANCIO PRADA
Yo que tiritaba de frío

Yo que tiritaba de frío
mojado por todas las lluvias
de todos los pobres
y de todos los mendigos /
        y tú, / volcán de miel / /

Yo que estaba solo al fin
en medio de tanta gente /
buscándote /
        y tú, / como un bosque lleno de pájaros / /

Llévame oculto en tu pelo, /
llévame en tu cabello, /
llévame junto a tus senos, /
llévame. / /

Repósame en tus colinas amorosas, /
llámame a tu fuente
dónde el placer es húmedo /
y corre gacela blanca. / /

Tu que conoces mi cuerpo
por todos los caminos dulces
que has trazado con tus dedos
y con tu boca. / /

Deja posar en ti mis ojos
cansados de luchar con tanta niebla, /
heridos mis pies de tanto caer, /
de tanto caer, /
            comeré sonrisas de tu árbol. / /

PEDRO SALINAS
La voz a ti debida. Versos 494 a 521.

Para vivir no quiero
islas, / palacios, / torres. /
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!  / /
Quítate ya los trajes, /
las señas, / los retratos; / /
yo no te quiero así, /
disfrazada de otra, /
hija siempre de algo. /
Te quiero pura, / libre, /
irreductible: / . /
Sé que cuando te llame /
entre todas las gentes
del mundo, /
sólo tú / serás tú. /
Y cuando me preguntes
quién es el que te llama, /
el que te quiere suya, / /
enterraré los nombres, /
los rótulos, / la historia. /
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer. /
Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo, /
de la piedra, / del mundo, /
te diré: / /
«Yo te quiero, /  / soy yo». / /
Pedro Salinas, 1933

JOSÉ ANGEL VALENTE
La memoria y los signos, 1966. Sé tú mi límite

Tu cuerpo puede
llenar mi vida, /
como puede tu risa
volar el muro opaco 
de la tristeza. / /

Una sola palabra tuya quiebra
la ciega soledad en mil pedazos. / /

Si tú acercas tu boca inagotable
hasta la mía bebo
sin cesar la raíz de mi propia existencia. / /

Pero tú ignoras cuánto
la cercanía de tu cuerpo
me hace vivir / o cuánto
su distancia me aleja de mí mismo, /
me reduce a la sombra. / /

Tú estás, / ligera y encendida, /
como una antorcha ardiente
en la mitad del mundo. / /

No te alejes jamás. /
Los hondos movimientos
de tu naturaleza son
mi sola ley. /
 Retenme. / /
Sé tú mi limite. /
Y yo la imagen
de mí, / feliz, / que tú me has dado. / /

LUIS CERNUDA
Si el hombre pudiera decir (fragmento)

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
/
alguien por quien me olvido de esta existencia
mezquina /
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
/
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu

como leños perdidos
que el mar anega o levanta  
libremente
,
/ con la libertad del amor, /
la única libertad que me exalta,
/
la única libertad por que muero.
/

Tú justificas mi existencia:
/
si no te conozco,
/ no he vivido; /
si muero sin conocerte,
/ no muero,/ porque no he vivido.

FRANCISCO DE QUEVEDO
Amor constante más allá de la muerte

Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día, /
y podrá desatar esta alma mía /
hora a su afán ansioso lisonjera; / /

 mas no, / de seotra parte, / en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía: /
nadar sabe mi llama la agua fría, /
y perder el respeto a ley severa. / /

 Alma a quien todo un dios prisión ha sido, /
venas que humor a tanto fuego han dado, /
médulas que han gloriosamente ardido, /

 su cuerpo dejará, / no su cuidado; /
serán ceniza, / mas tendrá sentido; /
polvo serán, / mas polvo enamorado. / /


JOSÉ ÁNGEL VALENTE
El amor está en lo que tendemos
El amor está en lo que tendemos /
(puentes, / palabras). /
El amor está en todo lo que izamos /
(risas, / banderas). /
Y en lo que combatimos
(noche, / vacío) /
por verdadero amor. /
El amor está en cuanto levantamos /
(torres, / promesas). /
En cuanto recogemos y sembramos /
(hijos, / futuro). /
Y en las ruinas de lo que abatimos
(desposesión, / mentira) /
por verdadero amor. / /